viernes, 5 de diciembre de 2008

La calle veinticuatro

Ya no llueve en la calle veinticuatro,
tropiezan mis vecinos, entre abrazos.
Desde la ventana recojo el recuerdo,
rizo mi pelo, enredo el pensamiento.
Enmiendo mis culpas, ilusa.
Todo esto es solo una excusa.
Mientrastanto las risas me pisan
el alma, con calma, sin prisa.
Riman tus palabras, secuelas que matan
la idea de entender
porque sigue aquí lloviendo.
Ya estoy. Me miento.

Debería salir a verte por fin,
debería saber que ya no estás aquí,
pero ahí fuera no llueve
y a mi este sol ya no me quiere.
Ahora no parece tan malo,
no sé, ya no hay nada claro.
Reflejo mi paro a cada paso
sopeso la idea de vivir sin ti,
reduje el camino a los descansos,
sopeso la idea de vivir por ti.

Acerco la cara al cristal de la ventana
aún está fría, rebaja mis ansias.
Escondo esta caja, es falsa.
Recojo energía, casi tengo ganas.
Decidiendo hacerlo...
se me encoje el alma
porque ahí fuera ya no llueve
y este sol hace que me queme.

Sin palabras